viernes, 10 de abril de 2009

Las raices del odio en la ideologia sionista(II)



Continuación del articulo de Salim Nazzal.....

Numerosos términos sionistas en la literatura como «el mundo nos dejó morir», «el mundo no hizo nada por nosotros», «nunca más» y expresiones similares, ayudan a apoyar mi argumento de que los sionistas han respondido a la ideología antisemita sustituyéndola por una filosofía «anti otros». En otras palabras, los sionistas sustituyen la cultura del odio con un espejo de odio; sin embargo el odio sionista no está dirigido contra los regímenes europeos que tiranizaron a los judíos, sino contra todo el mundo en general. La aplicación más obvia de la ideología sionista «contra otros» está representada con claridad en el caso de los palestinos. En Palestina, los sionistas utilizan la denominada «eterna culpabilidad de Occidente» y el «pecado eterno» de Europa contra los judíos para presionar de manera eficaz, conseguir apoyo para oprimir a los palestinos y silenciar las voces críticas que surgen contra la ocupación israelí.
La cristalización más clara del «pecado eterno de los europeos contra los judíos» se ha convertido en una acusación de antisemitismo que se utiliza convenientemente contra quienes critican a Israel, hasta el punto de que incluso aquellas personas que por lo general apoyan a Israel, como el presidente Carter quien lo criticó por sus políticas racistas, no se libran de esta denuncia. En este contexto, el concepto «contra los demás» fue uno de los principales componentes de la construcción de la teoría sionista, como hemos visto en la literatura sionista del siglo pasado. Se debe señalar que el concepto de «lucha contra los demás» lleva las mismas ideas ficticias que las nociones ficticias del «antisemita» que culpa de los problemas del mundo a todos los judíos, y éstos culpan a todo el mundo del sufrimiento de los judíos.
El relato de la historia sionista de los judíos en Europa nunca ha querido profundizar lo suficiente para entender el desarrollo del fenómeno antisemita, selecciona lo que le interesa y presenta la opresión como si hubiese existido en todas las épocas y en todas las naciones, lo que por supuesto no coincide con los datos históricos. Estos supuestos sólo son productos del pensamiento selectivo y de una fantasiosa teoría de la conspiración que no tienen raíces en el mundo real. Es evidente que los sionistas se basan en esta teoría de la persecución constante y su afinidad y vinculación con esta «mundofobia» que es la base de la mentalidad de la «lucha contra el otro», ya que para ellos se ha convertido en una forma de protegerse contra cualquier crítica, especialmente después de la colonización de Palestina. La realidad es que los sionistas jamás han querido oír que su retórica y su literatura anti nazi nunca han tenido una postura honrada en relación con la cultura nazi, sino que son un medio para legitimar la violencia de la ideología sionista.
La alternativa a esa cultura del odio es una cultura que está en consonancia con los derechos humanos y la decencia humana. Esto es exactamente lo que sucedió en Sudáfrica, cuyo pueblo sufrió siglos de discriminación; la alternativa que ofreció el ANC fue la promoción de una cultura tolerante e integradora en la Sudáfrica posterior al apartheid. Los africanos han sido sometidos a toda forma de opresión histórica y sin embargo no han desarrollado un sionismo africano. El sionismo no se desarrolló como un movimiento de emancipación para liberar a los judíos de la opresión, como dice su literatura, sino que más bien casi ha seguido el mismo camino que las ideologías fascistas a las debería oponerse. Además, la enfermedad del sionismo ha afectado a muchos judíos del mundo, en particular a los judíos estadounidenses que tradicionalmente apoyaban a los movimientos de izquierda de la sociedad; sin embargo en la actualidad la mayoría de los judíos estadounidenses forman parte del mundo financiero y propagandista de apoyo al estado de Israel.
Si los sionistas fueran sinceros en su oposición a la cultura nazi ¿Cómo podrían justificar moralmente la destrucción de Palestina a manos de quienes afirman ser las víctimas de los nazis? ¿Cómo podrían justificar sus actuaciones que causaron y siguen causando un enorme dolor a los palestinos? La repugnante analogía sionista de «fuego en la quinta planta», que sugiere que a un hombre que huye de un incendio en el quinto piso se le perdona que mate por accidente, «sin intención», a alguien en la planta baja por aterrizar sobre él cuando salta desde el balcón para escapar de las llamas, es fácilmente refutada. La verdad histórica reconocida es que los sionistas quisieron colonizar Palestina deliberadamente. Que planificaron la colonización a sabiendas de que los palestinos se oponían (véanse las memorias de David Ben Gurion, Jabotinsky y otros) y sabiendo que se resistirían. Colaboraron con las potencias imperiales para invadir Palestina y adquirieron armas, concretamente, para matar a los palestinos. Si todo esto es un «accidente involuntario», me pregunto ¿Cómo podemos definir un acto intencional? El Holocausto y el sufrimiento judío en Europa no se utilizaron como una lección para enseñarles a luchar contra la cultura del odio, sino más bien como un instrumento útil para justificar una ideología de odio prácticamente idéntica.
El problema, por supuesto, no tiene nada que ver con los palestinos como palestinos. Los sionistas han utilizado exactamente la misma política criminal que si hubiesen creado el Estado de Israel en Uganda, que Herzl propuso también como una patria judía. Los sionistas han definido a los palestinos como enemigos sólo porque los consideran un obstáculo para el proyecto sionista. La psique sionista no es capaz de ver que el pueblo palestino ama sus hogares y a sus familias, que valora sus esperanzas, sentimientos y sueños, como todas las comunidades de la tierra. De hecho, los sionistas no querían formar parte culturalmente de de la región de Oriente Próximo, como dijo Ben Gurión: «nosotros sólo podemos convertirnos en árabes tanto como los americanos se convirtieron en pieles rojas». No quieren integrarse en sus sociedades de origen y no pretenden formar parte de la sociedad palestina porque la integración significaría la obligación de devolver a los palestinos los derechos que les han arrebatado por la fuerza.
Vieron a los palestinos nativos como obstáculos que hay que eliminar de la misma manera que los constructores de carreteras demuelen una roca que se interpone en su camino. Las pocas voces de sionistas de izquierda que pedían un Estado democrático en Palestina se perdieron rápidamente en la violencia de la corriente principal del pensamiento sionista.
Israel Zangwill, uno de los primeros y más firmes seguidores de Herzl, señaló que Jerusalén tenía una densidad de población del doble que Estados Unidos. La solución, según su opinión era utilizar la espada contra los nativos palestinos. La paradoja de este asunto es que fue precisamente Israel Zangwill quien inventó la mentira más grande de la historia moderna, que Palestina era «una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra».
Los sionistas no sabían casi nada sobre la cultura palestina y creo que ni siquiera quisieron saberlo, ya que ese conocimiento podía perturbar su visión del mundo, que ha reescrito la historia pasada y futura para seguir su odiosa ideología. Habiendo tomado ya la decisión de desplazar y matar, no había necesidad de descubrir algo acerca de sus futuras víctimas, aparte de los conocimientos que les ayudaran a ocuparlas.
Éste ha sido el camino del sionismo, una ideología fundada en la guerra, la ocupación y la opresión, el engaño y la falsificación. El sionismo ha convertido Palestina, que debería ser un país de paz, en un centro de difusión de una cultura de odio contra los palestinos, contra los árabes, contra los musulmanes, contra los judíos y cristianos anti sionistas, contra los cristianos y contra todos y cada uno de los que piden a los sionistas que se miren al espejo y vean la verdad, la cara espantosa de su ideología. Han convertido la hermosa Palestina en un centro que esparce veneno entre Estados Unidos y el mundo islámico, entre Europa y los árabes, entre árabes e iraníes, entre árabes y árabes, e incluso entre unos palestinos y otros palestinos.
La aparición de las tendencias ultrafascistas en el estado de Israel es la consecuencia natural de un siglo de construcción de una cultura de odio hacia el otro. No es en absoluto un fenómeno repentino que ha caído del cielo, sino más bien el resultado lógico de una cultura venenosa que fue trasplantada en Palestina. Actualmente, el mapa político de Israel señala claramente la desaparición de la izquierda y de las voces racionales que tratan de encontrar una solución justa y pacífica, lo que muestra al mundo una sólida indicación de la tenebrosa dirección en la que se encamina Oriente Próximo.

Fuente: http://www.palestinechronicle.com/view_article_details.php?id=14851
Salim Nazzal es un historiador palestino-noruego especializado en Medio Oriente. Ha escrito extensamente sobre temáticas sociales y políticas de la región.

Nota al blog: Este articulo nos describe de una manera clara, sencillamente lo que es el sionismo Israelí ,la instrumentalizacion del Holocausto, y ese odio ancestral hacia todo lo que se mueve. Han jugado el papel de victimas, interesadas, durante siglos y han inculcado este complejo de culpa a todo occidente. Nadie minimamente informada niega el llamado Holocausto, pero ya vale, ahora hablamos de un estado-nazi-sionista que es Israel y tenemos que perder el miedo a desenmascarar a esa “victima” que ahora no es tal ,si no verdugo y que nos llevará al mundo entero a una catástrofe.

No hay comentarios: