Las reservas subterráneas suministran la tercera parte del agua dulce del mundo. El nivel de dichas reservas desciende hasta un metro por año en partes de China, India, México y Yemen.
La agricultura utiliza 70 por ciento del agua dulce del mundo. Esa proporción asciende a 90 por ciento en Africa y Asia, indica el informe.
El recalentamiento planetario acelera el problema. La década de 1990 fue la más cálida desde que comenzó a medirse la temperatura en 1860. A medida que las temperaturas suban, las reservas de agua disminuirán porque se extenderán los desiertos y el ritmo de evaporación.
El derretimiento de los hielos polares aumentará el agua de los océanos y causará la penetración de sal en las masas de agua fresca.
"Las inundaciones costeras se intensificarán, y las islas del Pacífico podrían desaparecer del todo", advierte el informe.
La escasez puede provocar conflictos armados, "sobre todo entre aquellos países que dependen del agua de ríos que se originan fuera de sus fronteras", agrega.
"La comunidad internacional debe redescubrir métodos tradicionales de conservación del agua, además de tecnologías nuevas, con la participación y el conocimiento de las comunidades locales", exhorta el informe.
Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases invernadero en cinco por ciento para 2012, y la "inversión en el suministro de agua, el saneamiento y los recursos acuíferos deben aumentarse drásticamente", afirma.
"Se debe reconocer el valor que tiene el agua al cobrársela a la industria, la agricultura de gran escala y los sectores de altos ingresos, pero se deben conceder subsidios a aquellos que no puedan pagar el precio".