
En el ultimo siglo la población se ha cuadruplicado, mientras que el consumo de agua se ha multiplicado por nueve y el consumo para usos industriales se ha multiplicado por cuarenta. La disminución de las reservas de agua se verá agravada con el aumento de la población mundial , estimada en alrededor de un 40 % sobre la actual en los próximos 25 años ( según las Naciones Unidas, de los 6.000 millones de habitantes actuales, se pasará a 8.300 en el año 2.025 ). El problema es aun más grave si se considera la contaminación de los ríos y lagos mundiales, pues aunque la escasez se deba a ciclos climatológicos extremos, la actividad humana está jugando un papel importante en el aumento de la escasez y en lo que se ha dado en llamar el “stress del agua” o indicación de que no hay suficiente agua en calidad y cantidad para satisfacer las necesidades humanas y medioambientales.
Están aumentando las zonas de escasez de agua y estrés por déficit hídrico, en particular en el norte de África y en Asia occidental. En los dos próximos decenios, se prevé que en el mundo se necesitará un 17% más de agua para cultivar alimentos para una población que crece en los países en desarrollo, y que el total de agua utilizada aumentará un 40%. En el siglo actual, una tercera parte de los países de las regiones que sufren estrés por déficit hídrico podrían tener que hacer frente a una grave escasez de agua y, para 2025, posiblemente dos tercios de la población del mundo vivan en países donde la escasez de agua será entre moderada y grave. Las zonas áridas y las semiáridas del mundo, que constituyen el 40% de la masa continental, reciben solamente el 2% de la escorrentía.
Están aumentando las zonas de escasez de agua y estrés por déficit hídrico, en particular en el norte de África y en Asia occidental. En los dos próximos decenios, se prevé que en el mundo se necesitará un 17% más de agua para cultivar alimentos para una población que crece en los países en desarrollo, y que el total de agua utilizada aumentará un 40%. En el siglo actual, una tercera parte de los países de las regiones que sufren estrés por déficit hídrico podrían tener que hacer frente a una grave escasez de agua y, para 2025, posiblemente dos tercios de la población del mundo vivan en países donde la escasez de agua será entre moderada y grave. Las zonas áridas y las semiáridas del mundo, que constituyen el 40% de la masa continental, reciben solamente el 2% de la escorrentía.